Neapolitan bundt cake y vuelta a la niñez

Regreso al pasado en curso...

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Nos encontramos en los meses de verano, en nuestras largas vacaciones escolares (no tan largas que pasan volando), calorcito, buen tiempo, playa, el sonido del mar, viendo cartas de helados en todos los chiringuitos, pidiéndole a nuestra madre desconsoladamente que nos compre un helado, por favor mamá, un helado y nuestra madre alargando lo más posible el comprarlo. Hasta que por fin la pobre después de hacernos tan pesados decide concedernos el capricho, vamos a una heladería y tachan! chocolate, fresa, pistacho, vainilla, turrón, nata, leche merengada, y así una larga lista donde escoger... Y ya la tenemos liada, ahora qué helado cogemos? Yo que soy una persona de lo más indecisa que hay nunca se que pedir, miro y re miro, y vuelvo a remirar, porque claro para mí el helado es una perdición. Total que pienso una tarrina de un sabor para no tener dudas, no, no , no que es poco, bueno dos gustos pero tampoco porque no se cuales poner, tres gustos? noooo que es mucha cantidad. Después de tanto mirar, nuestra madre impaciente, la dependiente nos ofrece un corte. Ya lo tenemos, el magnifico invento del helado de corte, que además hay uno con tres sabores: fresa, vainilla y chocolate, qué más se puede pedir? Ya lo tenemos todos y a disfrutar de nuestro helado con los churretes que nos caen entre las manos incluidos.

Os acordáis lo felices que eramos y somos cuando comemos un helado?
Pues bien yo he querido plasmar esa sensación en un bizcocho, en un bundt cake, que os puedo asegurar que está delicioso. Con la ventaja de que va sin churretes.

Ingredientes:

• 300 g de azúcar
• 400 g de harina 
• 260 g de leche
• 260 g de aceite suave
• 3 huevos
• 1 sobre de levadura
• 2 cucharadas de cacao puro en polvo
• 1,5 cucharadas de pasta de fresa o en su defecto 4 Cucharadas grandes de nesquik de fresa 
• 1,5 cucharada de vainilla en pasta

Precalentar el horno a 180º.

Engrasar el molde que vayamos a utilizar.

Tamizar la harina y la levadura. Reservar.

Batir el azúcar con los huevos.

Añadir la leche y el aceite y batir hasta que quede una mezcla homogénea.
Agregar la harina y la levadura. Mezclar todo hasta que esté bien integrado.
Dividir la masa en 3. 

En una parte de la masa añadir el cacao el polvo. en otra parte la pasta de fresas o el nesquik de fresa (se puede añadir colorante para intensificar el color) y en la tercera parte de masa añadir una cucharada y media de pasta de vainilla.
Añadir la masa al molde en cucharadas, intercalando los tres gustos. 

Hornear  25 minutos aprox. o hasta que al introducir un palillo salga limpio.

Si queréis podéis hacer un glaseado, el que más os guste y echarlo por encima del bizcocho, o un ganache o simplemente deshacer chocolate.

Yo no le puse nada porque ya me gustó así. Os dejo el corte para que veáis los 3 colores, aunque el rosa no se aprecia mucho porque no puse colorante, si lo queréis más vivo solo tendréis que añadirle colorante.

Animaros a probarlo porque es una delicia, además si sois tan indecisos como yo aquí tenéis tres gustos en uno, no hace falta que busquéis más.

En las próximas recetas igual hago algo más típico, de toda la vida, de nuestra cultura, que algunos seguidores se animaron a hacer buñuelos de boniato. Os gusta la repostería tradicional?

Un beso fuerte a todos y gracias por estar aquí a mi lado.

Vero.